La deseada vendimia

La deseada vendimia
La deseada vendimia

Llegan los días tan esperados, en los que se resumen los trabajos, los cuidados, los anhelos de todo un año. Con la cosecha, la Naturaleza pone en nuestras manos sus frutos para que nuestros enólogos desplieguen su arte, su experiencia y su sabiduría en busca de los vinos equilibrados, de máxima calidad, con los que queremos llenar las copas. 

Es un tiempo de una constante labor en las fincas, de días más largos y ajetreados, de entusiasmo y expectativa. Los frutos son escrutados para lograr el punto de óptima madurez, el clima juega un factor determinante con sus variables que pueden acelerar o ralentizar el proceso: calor, lluvia, granizo, contingencias que pueden marcar o cambiar el ritmo de cada día y de cada noche. La nocturnidad favorece la cosecha de uvas blancas, que evitan así una prematura oxidación; en cambio el día es un mejor momento para levantar las variedades tintas. La constante es el trabajo de hombres y mujeres -además de la ayuda siempre estimable de la alta tecnología- que con sus manos expertas y su esfuerzo hacen realidad el sueño de la vendimia.

Cada cosecha es única y así lo entiende nuestro equipo. La calidad es la prioridad y para ella se conjugan la utilización de recursos tecnológicos con las destrezas manuales y la delicadeza que le es propia.

En Rutini, la uva que es destinada a los vinos de alta gama se cosecha exclusivamente de forma manual para evitar así la rotura de los granos, que luego son transportados a la bodega para pasar por la selectora óptica, que tiene un rendimiento máximo de 8000 kg / hora, por lo que -en días de ingreso de grandes volúmenes- una parte importante de la selección de granos se hace en forma manual. 

También se cuenta en nuestras instalaciones con una cámara de frío en la que se conserva la uva en óptimas condiciones a espera de ser procesada. Asimismo, la proximidad de la bodega con las fincas productoras es determinante en la conservación de la calidad, al evitar los largos traslados y la exposición de la fruta a factores que pueden alterarla, como el calor y el paso del tiempo.

El próximo paso -a medida que los viñedos van despoblándose de sus uvas- será la elaboración, cuando la creatividad, la tradición, la innovación y la excelencia se conjuguen para encontrar el equilibrio que un vino destacado merece.